jueves, 21 de octubre de 2010

Cine, Televisión y Libertad

“El mercado prefiere un conjunto de sujetos sin subjetividades porque, si no, son sujetos con una contradicción, y la libertad y la subjetividad son peligrosas para el sistema, por eso el cine, siendo el lugar por excelencia de las subjetividades y de la libertad, se hizo una cuestión política. Hoy el mundo está más sumiso al mercado de lo que estaba antes y a su peligrosa imposición de imágenes (de la TV), en la que se bombardea la mirada del espectador y se impide su proyección mental, para que no pueda llegar a implicarse.” (Del cineasta y crítico francés Jean-Louis Comolli, que participa en el Doc Buenos Aires.) en Página 12 hoy

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sábado, 16 de octubre de 2010

Una dosis de nuestro absurdo cotidiano

Ayer durante el coloquio de IDEA, ante los empresarios más importantes del país, el vicepresidente opositor (interesante oximoron con pocos precedentes en el mundo) Julio Cobos exhortó "a buscar calidad institucional para que el crecimiento se convierta en desarrollo. Aseguró que el concepto de institucionalidad fue un camino que se transitó en los primeros años de la democracia, pero que actualmente se está retrocediendo". Nuestro personaje, con extrema serenidad, aseguró: "Sin institucionalidad es imposible lograr un desarrollo económico ni bienestar social. Hoy lamentablemente retrocedimos en algunas instituciones, que se han perdido” Rato despúes, afirmó, convencido de sus palabras: "No quiero dejar de cumplir con mi responsabilidad y esto es cumplir con el mandato y seguir actuando como lo hago". Extraído de Página 12 y de Clarín de hoy.
Con humor y menos tono melodramático la obra quizás nos resultaría menos aburrida. Títulos posibles de la pieza "Una farsa por el poder", "Farsas", "Todo vale por un minuto de protagonismo" "Farsantes al acecho", "El triunfo de las máscaras", "¿Nadie se mira en el espejo?","Cara de piedra", "Todos piolas", "Milongueros de salón"....

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Congreso Panamericano de Comunicación: Convocatoria de trabajos

Congreso Panamericano de Comunicación - Brasilia, 1 a 3 de diciembre de 2010.
El Congreso Panamericano de Comunicación (PANAM 2010) discute el papel de la emergente industria de contenidos digitales en la región, así como la centralidad y la importancia de la participación de los individuos y las redes sociales en el proceso que genera nuevos puestos de trabajo y sociabilidad.
Como coordinador del GT 3 dedicado a "Narrativas Interactivas para Industria de Contenidos Digitales"  los invito a enviar sus ponencias. La fecha límite es el próximo 14 de noviembre.
 El Congreso es organizado por la Secretaria de Asuntos Estratégicos del Gobierno de Brasil y la Universidad Catolica de Brasilia (UCB) y cuenta con el apoyo de las principales asociaciones de investigadores íberoamericanas en Comunicación, como ALAIC, SOCICOM e IBERCOM.
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jueves, 7 de octubre de 2010

Los medios, el lenguaje y la realidad

Los medios de información construyen a través del reflejo sesgado, y muchas veces interesado, de los sucesos de la vida social una realidad ficcionada que termina incidiendo en el propio acontecer fáctico. En este proceso el uso del lenguaje juega un papel determinante. Hace más de 60 años Georges Orwell imaginó una neolengua que designaba conceptos con connotación negativa como "guerra", "mentira", "odio" etc. con eufemismos asociados a algo positivo o directamente con su antónimo. Así, por ejemplo, el Ministerio del Amor era  el encargado de mantener la ley y el orden. En la realidad imaginada por Orwell las pantallas omnipresentes cumplían la doble función de vigilar y de ocultar. Escuchar y leer las medias verdades y las tergiversaciones cotidianas que emiten y publican diarios, radios y televisiones me remite continuamente a la distopía creada por el escritor británico a mediados del siglo XX. Pero la sociedad contemporánea es más compleja y posiblemente más perversa que el mundo recreado en "1984". LLena de negros, pero también de muchos matices.
En la sociedad contemporánea atravesada por redes de telecomunicaciones de distinto tipo (las más importantes responden a intereses privados, lo cual no solemos tener presente) el dominio de la lengua, de aquello que se dice, del modo en que se dice y de las palabras que se utilizan para decirlo es una herramienta clave de poder. Orwell, con lucidez, supo advertir esto. No es casual el uso repetido de neologismos y metáforas para designar fenómenos sociales y culturales de distinta naturaleza. "Brecha" en lugar de desigualdad, "inclusión" en lugar de igualdad de derechos, "justicia" en lugar de venganza, "exclusión" en lugar de discriminación, "xenofobia" en lugar de racismo, "seguridad" en lugar de represión, "inteligencia"(de una computadora) en lugar de capacidad de cálculo, "memoria" en lugar de capacidad de almacenamiento, "comunicación" en lugar de información, "información" en lugar de conocimiento... la lista es interminable.
¿No es hora de reflexionar más acerca del uso que se nos propone de nuestra propia lengua antes de reproducir propuestas "autoritarias" que deslavan de sentido social y cultural aquello que designan, ocultándolo?
Este texto, que responde a una inquietud que tengo desde la adolescencia, tiene su origen inmediato en la lectura de un artículo de Mario Gologoff titulado "El gran sistema" publicado hoy en Página 12.

Otros artículos recientes vinculados con este tema:
"Informar no es comunicar" en Página 12, 6 de octubre de 2010.
"La otra agenda"en Página 12, 6 de octubre de 2010

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